Según un estudio con resonancia magnética de la Universidad de Nueva Jersey (EE UU), cuando escuchamos nuestro propio nombre, el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro se activa con más fuerza que cuando oímos el nombre de otras personas. Concretamente, la actividad es mayor en las neuronas de la corteza frontal media y la corteza temporal. ?Estos experimentos demuestran que reconocer que alguien nos nombra pone en marcha zonas cerebrales específicas que permanecen en silencio el resto del tiempo.
Tanto nos influye nuestro nombre que nos mostramos más predispuestos a comprar algo si nos lo ofrece un vendedor que comparte con nosotros alguna inicial en el nombre o en los apellidos, según un estudio de la revista Journal of Consumer Research. Y también han demostrado científicamente que somos más propensos a contraer matrimonio con una persona cuyo nombre empieza por la misma letra que el nuestro.
Según un estudio realizado en 2006 por el Instituto para el Estudio del Desarrollo Infantil, usar o escuchar su propio nombre se considera un comportamiento de representación propia. Otros comportamientos de autorrepresentación incluyen reconocer la propia imagen en un espejo.
Nico Cerruti, 5èA
No ho savia...
ResponEliminaEm sembla molt interessant!!!
Aina F. (5éC)
Alaa Nico,ho veig super interesant,perque no totom l'interesa fer-ho i que tu ho fagis esta molt bé.
ResponEliminaItziar
Hola Nico,
ResponEliminaAlaaaa����!!!! és super interessant����!!!!